Fue un molino harinero, convertido en hotel en el año 1924 por una empresa Inglesa de ferrocarriles. Uno de sus atractivos más destacados es su cancha de golf de 9 hoyos, considerada una de las más bellas del país. Fue diseñada en el año 1930 por el arquitecto Carlos Blasi. Esta cancha ha recibido a grandes referentes de esta práctica como Eduardo Romero y el “Pato” Cabreras.